PLÁTANO DE SOMBRA
EL PLÁTANO DE SOMBRA
Platanus x hispánica
Familia Platanaceae
DESCRIPCIÓN
Entrar por la Avenida Fernández de los Ríos a Armilla supone sentirse abrazada por esta majestuosa alineación de Plátanos de sombra de más de 120 años de edad. Su corpulento porte, de más de 16 metros de altura, relativamente equilibrado y de rápido desarrollo, estalla cada primavera en una estampa coloreada de un verde muy vivo gracias a la aparición de grandes hojas, simples, alternas y palmeadas, cubriendo a modo de parasol sus gruesas ramas principales que con su forma de vaso sostienen a las secundarias, abiertas para conformar una copa que quiere tender a la esfericidad. El esplendor de su copa, que desea ser vista, contrasta con el traje de camuflaje de su corteza delgada, que se va desprendiendo en capas para permitir la aparición de un mosaico de tonos grises, amarillos y verdosos que dan visibilidad a la dura madera de sus troncos de un metro de diámetro. No hay duda de que el Plátano de sombra desea ser visto y lucir al sol que tanto le gusta, mostrando sus flores monoicas y desnudas, que se transforman en unos frutos en forma de cabezuelas o aquenios colgando sobre largos pedúnculos para dejarse mecer por el viento, el mismo que dispersará, durante los meses de abril a mayo, esas semillas pilosas a modo de lluvia lanosa. Su alta adaptabilidad, su tolerancia a las podas, su resistencia a la contaminación atmosférica y su fácil propagación lo ha convertido en un vecino inseparable de nuestra ciudad.
TEXTO
La Avenida Fernández de los Ríos acoge un tesoro centenario, representante de una plantación de más de 200 ejemplares de principios del siglo pasado. 71 Plátanos de sombra nos recuerdan la funcionalidad con la que fueron plantados, proteger al asfalto de la carretera con su sombra y dar visibilidad a la carretera, ya que por entonces sus troncos se blanqueaban con cal.
El Platanus x hispánica es un híbrido de dos especies con origen diferente, la orientalis, procedente de Europa y Asia y la occidentalis, procedente del norte de América. Con su corpulento porte, es indiferente a las disputas en cuanto a su lugar de nacimiento, si España o Londres. Mientras se discute, él se asilvestra en riberas y sotos a lo largo de todo el país. Su condición para acompañarnos en nuestros parques y avenidas no es otra que la de poder mirar al sol de frente, para absorber la luz con la que realizará la fotosíntesis en sus extensas hojas palmeadas, manos que acarician al aire y extienden una densa sombra que tantos beneficios ecosistémicos nos regala.
La transpiración de sus hojas crea bajo esa sombra un ambiente de frescor que reduce los efectos de la isla de calor. Gracias a esas grandes hojas palmeadas que le confieren su nombre, Platys, del griego, ancho y por las que es capaz de absorber, cada ejemplar, más de 550 kg de CO2 al año, almacenando a lo largo de la Avenida más de 11 toneladas anuales de carbono en sus troncos. Si, como ya se ha comentado, su traje de camuflaje parece invitar a la introspección, nada más lejos de su deseo al invitarnos a ser más perceptivos y eliminar todo aquello que nos intoxica de algún modo por medio de esas alergias primaverales que pueden causarnos afecciones cutáneas y respiratorias e irritaciones oculares. Nos recuerda que debemos coger los desechos emocionales y compostarlos, al igual que todas las pilosidades que se amontonan en los paseos y aceras y que, con la humedad, pueden ser hábitats propicios para ácaros y hongos.
Sus hojas, muy ricas en lignina, son poco apetecibles para los insectos y, sin embargo, se utilizan en fitoterapia, junto con las cortezas, por sus efectos astringentes, en catarros y afecciones pulmonares a la vez que para detener hemorragias.
Su gran adaptabilidad, muchas veces mal interpretada, lo han ubicado muchas veces en lugares poco apropiados, con alcorques reducidos, obligando a intervenir sobre él con podas severas y desmoches, lo cual les ocasiona un gran estrés. Sin embargo, cuando se realiza una buena selección de la ubicación, nos permiten disfrutar de todo su esplendor.
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